Tenemos la ocasión de comprobar diariamente que el Brexit esté produciendo una elevada volatilidad en los mercados, tanto de renta variable, como de renta fija y de divisas. La incertidumbre sobre el abasto del impacto económico de este acontecimiento en las economías desarrolladas, y el posible efecto contagio de el euroescepticismo en otros países de la Unión Europea, está sacudiendo con fuerza el mundo de la finanzas, y todo apunta a que esta situación aún se alargará durante algún tiempo.

Nuestro consejo, tanto para aquellos que estén invirtiendo en productos de capital no garantido, como para aquellos que se encuentren en una posición neta de liquidez, es que no estamos en un buen momento para tomar decisiones drásticas, pero sí para incrementar significativamente las dosis de prudencia respecto de las inversiones actuales y futuras.

En estas circunstancias, tiene que primar la seguridad de los capitales respecto de su rentabilidad, al menos hasta que la coyuntura de incertidumbre actual se vaya normalizando y se vayan aclarando los efectos reales de la futuras relaciones económicas del Reina Unido con la Unión Europea.

Siguiendo el criterio de prudencia mencionado, damos las siguientes recomendaciones:

  • Diversificación de proveedores i productos: distribuir los capitales entre varias entidades, tanto bancarias, como aseguradoras. También una inversión selectiva en el sector inmobiliario puede ayudar a minimizar los riesgos.
  • Definir nuestro perfil de riesgo (conservador, moderado, arriesgado), teniendo siempre muy presente el horizonte de la inversión: no es lo mismo invertir en un determinado producto si el dinero se necesita o no antes del tiempo recomendado para aquella inversión.
  • Liquidez, diversificación geográfica y sectorial: hay productos, como los Fondos de Inversión Perfilados, que disfrutan de estas tres características tan importantes hoy en día. Se trata de fondos con diferentes niveles de riesgo que mediante una gestión activa, invierten en otros fondos que priorizan la diversificación por zonas geográficas y sectores, y tiene capacidad para aprovechar las mejores oportunidades de inversión en los diferentes mercados internacionales.

No sabemos si esta situación marcará el comienzo de una recesión más acusada, o si por el contrario, supondrá una oportunidad de inversión a medio y largo plazo con descuentos importantes. Esta incertidumbre se irá resolviendo con el tiempo. No obstante, las perspectivas a corto plazo no son muy optimistas, hay bastantes frentes abiertos, tanto a nivel económico, como político. Así pues, recomendamos una actitud de prudencia y conservadurismo en nuestra inversiones financieras.

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